lunes, 2 de junio de 2014

Gozar y hacer gozar. - Michel Onfray

MICHEL ONFRAY
GOZAR Y HACER GOZAR

¿Dónde está la felicidad?


Para el tercer trimestre, como en los anteriores, nuestro profesor de filosofía, Jesús Zafra, nos ha pedido hacer un artículo sobre un capítulo cualquiera de un libro a elegir, yo elegí el libro "Gozar y hacer gozar", porque me pareció el más interesante de todos, y he aquí mi reflexión.

En mi artículo voy a empezar hablando de dos personajes muy conocidos como son Eva para los cristianos y Pandora para los griegos. Ellas fueron dos mujeres que causaron la desgracia de todos los hombres, la desaparición del paraíso y de la edad de oro, nos hicieron perder la felicidad.

Era la inocencia la que las mantenían en el paraíso, pero ellas prefirieron el conocimiento, la inteligencia y el saber antes que la obediencia, y la curiosidad y el deseo antes que la sumisión.

Sin embargo, Onfray nos dice que estas mujeres no causaron ninguna desgracia, según el autor fueron dos personas excepcionales y a ellas les debemos, el saber, el conocimiento y la creación del genio.

Pero esto conlleva también a tener conciencia de sufrimientos, dolores, tristezas…
Él dice que un saber que ignora esto, sería un no saber, y si no sabes no podrías ser feliz. El problema es que si sabes que nos dirigimos a la muerte, uno se pregunta, ¿se puede ser feliz?

Onfray nos explica una teoría que no acepta, que dice que como hay que morir es mejor ya en ese momento que este más preparado. Tampoco cree en la restauración de la inocencia, en volver a lo que eran Eva y Pandora antes, porque saber que no se sabe nada, ya es saber mucho.

¿Entonces qué es la felicidad?, ¿se puede ser feliz?, para llegar a esta conclusión Onfray usa una frase de Chamfort “Gozar y hacer Gozar” que está en el hedonismo, algo de lo que habla mucho el autor.

Gozar y hacer gozar es muy difícil porque el deseo del otro no siempre es claro, ni siquiera está claro el tuyo propio, y para eso está “el comportamiento comunicacional”.
La felicidad consiste en ser electivos, es decir, en obtener placer y evitar el dolor.
La felicidad esta relacionada con el hedonismo.
La felicidad coincide absolutamente con el placer y se requiere del cuerpo, pero hay un desfase entre esa sensación y el conocimiento de ella, y lo mismo pasa con el placer, el dice que donde hay conciencia no hay placer y donde hay placer no hay conciencia.

Conclusión: ¿Dónde está la felicidad?, 'pues es lo que la conciencia hace de un placer pasado o que está por venir.'

Tus recuerdos, te proporcionarán una felicidad que tu no sabías en esos momentos. Un ejemplo de ello es cuando yo veo las fotos de todos los momentos que he vivido con mi familia que me ocasionan un placer enorme, que yo no apreciaba en ese momento y que ahora cuando las veo, me da la felicidad.

Para acabar, me gustaría decir que deberíamos ser mas conscientes del presente, y vivirlo intensamente, porque tenemos muchos momentos de felicidad que se nos escapan. La mayoría de las veces, nos preocupa más el futuro que ser feliz en el propio presente, y es lo que creo que Ofray nos pretende trasmitir con su libro "Gozar y hacer gozar".

María Bohórquez Cota
2 de Junio de 2014
1º Bachillerato A

domingo, 9 de marzo de 2014

Intentar olvidar el propio nombre.



Hace un par de semanas, mi profesor de Filosofía Jesús Zafra nos propuso hacer un artículo sobre un capítulo a escoger de un libro. Escogí este capítulo "Intentar olvidar el propio nombre", porque me llamó la atención el título y pensé que podría ser interesante. Al leerlo me he percatado de muchas cosas que nunca antes había llegado a pensar, como por ejemplo que si algún día olvidara mi nombre por cualquier circunstancia, existen los medios necesarios como para encargarse de recordarmelo, como la policía, los vecinos, la familia... 

Con esto quiero decir que sería una tarea imposible, ya que la sociedad en la que vivimos requiere nombres propios inscritos, fichados y señalados, porque incluso para la más mínima tontería como dejar apartada una chaqueta vaquera en tu tienda preferida, hace falta indicar tu nombre.

El pasado día Jueves 6 de Marzo, volví a leer el capítulo para tener mi propia experiencia y decidí empezar intentando olvidar mi nombre en el Instituto. Llegué a las ocho y media de la mañana con la intención de no contestar si me llamaran por mi nombre, porque pensé que para conseguirlo, sería un buen comienzo. Al llegar, no paraba de escuchar María por todos lados, incluso gente que nunca antes había hablado conmigo. Mis compañeros, al darse cuenta de que no contestaba, me preguntaron qué me pasaba. Inmediatamente respondí que no había escuchado a nadie que me estuviera llamando.

Así seguí las tres primeras horas de clase, hasta que me di cuenta de que era imposible, es absolutamente inevitable acordarte de tu propio nombre, porque es la identidad de cada persona, y aunque una persona, por enfermedad principalmente, olvidase su propio nombre, las personas de su alrededor no lo harán, con esto vuelvo a decir que sería imposible.

Esta experiencia ha sido muy divertida, sobre todo cuando me preguntaron por que no contestaba y dije que no había oído nada.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Una experiencia inolvidable.

El Miércoles pasado, día 6 de Noviembre, me tocó venir disfrazada al instituto. Me costó elegir el disfraz, porque no quería pasar mucha vergüenza, pero al final decidí disfrazarme de muñequita antigua.
Mi disfraz constaba de unos zapatos rosas, unos pocholos de color blanco con unos lazos rosas a la altura de la rodilla y un vestidito de raso de color rosa. En el pelo llevaba dos colas altas con lazos rosas, esto posiblemente fue lo que más me caracterizaba como muñeca.
Empezó la jornada a las 8 de la mañana, cuando salí de mi casa y me encontré en la puerta con mis vecinos, se quedaron asombrados al verme, a la vez que yo me avergonzaba, pero esto no fue lo peor. Vivo muy lejos del instituto, entonces mi padre me lleva todos los días en coche, al bajarme del coche en la Calle San Juan, fue uno de los momentos más vergonzosos del día porque todo el mundo me miraba con cara extrañada como diciendo: ¿Qué estamos en carnaval o se ha levantado pensando que estamos en Febrero?, menos mal que un hombre mayor se acercó a mí y me dijo que iba muy guapa, con lo cual ya empecé a animarme y me di cuenta de que esto no iba a ser tan malo. Al llegar al instituto, mis amigos se quedaron asombrados, no me esperaban así, de esa forma vestida. A lo largo del día por el instituto tanto mis compañeros de clase como los profesores se reían al verme disfrazada, y más me reía yo. Llegó la hora de volver a casa. Como dije anteriormente, vivo muy lejos del instituto, mi padre me puede llevar, pero no recoger, entonces a las tres cojo un autobús hasta mi casa. Al principio pensé en llevarme ropa para cambiarme antes de salir del instituto pero pensé que la experiencia había que vivirla al completo y decidí subirme al autobús con mi disfraz. Éste fue, quizás, el peor momento del día, cuando el conductor me preguntó si estábamos en época de carnaval, pero ya a esa altura del día, yo misma me reía, aunque eso no quita la verguenza que pasé. Cuando me bajé, al caminar hacia mi casa un coche me pitó y me gritó : 'Ven aquí muñequita guapa' , en ese instante pasé tanto miedo como vergüenza.
Por fin llegué a casa y di por finalizada mi experiencia personal de ir disfrazada al instituto.
Pienso que ha sido una de las experiencias más divertidas de mi vida, porque yo iba con la idea de que lo iba a pasar mal, pero mi sorpresa fue que me lo pasé genial, es más, volvería a repetir esta experiencia. En realidad pasé menos vergüenza de lo que yo me esperaba y aconsejo esta experiencia a todo el mundo porque esto me ha servido para ser un poquito menos vergonzosa de lo que soy.